En boca cerrada no entran moscas

¿Les pasó alguna vez que dijeron algo que no debían? Seguro que sí, eso pasa hasta en las mejores familias…

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Tali Mandel

Posteado en 17.03.21

¿Les pasó alguna vez que dijeron algo que no debían? Seguro que sí, eso pasa hasta en las mejores familias…

 

Saber cuándo callar y cuándo hablar es un don, una cualidad que HaShem nos da a todos y pocos la usan. Por supuesto, existen determinadas reglas sobre lo que uno debe decir y lo que debe guardarse para sí mismo. Pero hay una excepción para ello, la plegaria personal. Cuando la persona hace hitbodedut (plegaria personal) debe sacar de dentro de su ser todo aquello que le alegra, le entristece, le abruma, le sobrepasa… hay que contarle todo a HaShem porque solamente así seremos capaces de tener una verdadera relación cercana con nuestro Creador.

 

Si en una conversación con amigos no estamos de acuerdo con el tema que se está debatiendo, somos libres de dar a conocer nuestro punto de vista. Partiendo del respeto a los demás podemos debatir y conversar sobre el punto en cuestión y desarrollar nuestro planteamiento de la cuestión. Asimismo, debemos pedir ayuda a HaShem en nuestra plegaria para que siempre ponga en nuestra boca las palabras precisas que hagan mostrar nuestra perspectiva sin herir a los demás (esto puede ser más sencillo de lo que pensamos, por lo que debemos ser muy cautelosos en las palabras que elegimos al hablar).

Hace tiempo, escuché una historia que me hizo replantearme seriamente mis reacciones ante determinadas situaciones. Había un chico que transgredía continuamente los preceptos de HaShem. Sin embargo, comenzó a sentir cierta atracción por estudiar cábala y se dirigió a una yeshivá de Tel Aviv para recibir clases. A pesar de las reticencias iniciales, fue aceptado para recibir clases de Torá, que es la base para poder empezar a estudiar cábala. Y allí iba el muchacho, con sus ropas desarregladas y sus piercings por todo el cuerpo, su piel llena de tatuajes. Se sentaba en las bancas que había al fondo de la clase y se quedaba dormido apenas comenzaba a hablar el rabino, pero todos temían despertarle porque no sabían cuál sería su reacción. Sin embargo, con el paso de los días, el tiempo durante el que permanecía despierto en clase comenzó a superar el tiempo que estaba dormido. Este cambio vino acompañado de una transformación en su aspecto exterior. La Torá estaba calando hondo en su alma judía adormecida.

 

Un buen día, sin embargo, un chico que tenía el mismo aspecto que él cuando llegó a la yeshivá, se presentó en el centro y empezó a gritarle. Le insultó con las palabras más horribles que pueden salir de la boca humana y así continuó un buen rato. En todo este tiempo, el chico, que estaba estudiando en ese instante, no levantó su cabeza para prestarle atención. No le dedicó ni una sola palabra y siguió con su estudio. Obviamente, se sentía ofendido por lo que le estaban diciendo pero él ya había aprendido que un buen judío no se deja provocar de esa forma y no entra en conflictos y en insultos ni se deja llevar por el enojo ni la furia. Cuando el otro tipo se cansó de insultarle sin obtener ninguna reacción, se cansó y se fue. En ese momento, los otros chicos se dieron cuenta de lo mucho que había cambiado ese muchacho al cual temían unos meses antes y le tomaron como un ejemplo a seguir.

 

Debemos pedir a HaShem en nuestra sesión diaria de hitbodedut que nos permita mantener la calma en este tipo de situaciones y no dejarnos llevar por el enojo. Di-s nos libre de insultar a los demás y de meternos en peleas y nos ayude a llevar una vida calmada y llena de paz. El libro de salmos 34:15 dice “Apártate del mal y haz el bien, busca la paz y persíguela”. Uno de los métodos infalibles de hacer caso de lo que el Rey David nos dejó como enseñanza eterna es, por tanto, mantener la boca cerrada en determinados momentos.

 

Que HaShem, en Su infinita misericordia y benevolencia, nos ayude a saber qué decir y cuándo y, sobre todo, a entender qué es lo que debemos callar y de qué forma reaccionar en cada una de las situaciones que vivamos en nuestras vidas.

 

Si tienes alguna pregunta o quieres compartir tu historia o inquietudes, escríbeme a tali.mandel.18@gmail.com

 

  

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