Placeres y prioridades

El judaísmo no es una religión de ascetismo y autoflagelación. En absoluto. Hashem nos da mitzvot para que llevemos a cabo que son un placer total

3 Tiempo de lectura

Rabino Lazer Brody

Posteado en 16.03.21

En el universo de Hashem todo tiene un valor absoluto. Ese es su potencial en bruto. En matemática, el valor absoluto describe la distancia de un número en la línea numeral desde el 0 sin tener en cuenta en qué dirección está el número. El valor absoluto de un número jamás es negativo.

 

He aquí un ejemplo práctico para ayudar a entender el concepto: una piedra de medio kg es excelente para usar de pisapapeles o de para-puertas – ese es el uso positivo. Pero puede ser un arma mortal si una persona se la arroja a otra – ese es el uso negativo. Yendo a un extremo: el mismo poder atómico que puede iluminar una ciudad entera es capaz de destruir una ciudad entera.

 

La mitzvá de pará adumá, preparar el agua de purificación con las cenizas de la vaca roja, ha desconcertado la mente humana durante siglos. El agua de purificación es un elemento necesario en la purificación de una persona que ha entrado en contacto con un cadáver, volviéndose así espiritualmente impuro. Tal como su propio nombre lo indica, el agua de purificación es un elemento clave para purificar a alguien de la peor clase de impureza espiritual, pero lo más sorprendente es que esa misma agua contamina a los Cohanim, los sacerdotes que participan de su preparación. Y también contamina cualquier otra persona ritualmente pura. El resultado es que la misma sustancia que purifica a aquellos que están ritualmente contaminados contamina a aquellos que están ritualmente puros.

 

A pesar de que nadie entiende el concepto de la vaca roja y el agua de purificación, si nos fijamos de cerca, vemos un tema recurrente de valor absoluto. Esta temática no sólo impregna la mitzvot de la Torá sino que también sirve de principio subyacente al establecimiento efectivo de prioridades para una vida feliz y plena.

 

El judaísmo no es una religión de ascetismo y autoflagelación. En absoluto. Hashem nos da mitzvot para que llevemos a cabo que son un placer total. Por ejemplo, el Shabat. Se nos manda gozar del Shabat, comer la comida más rica y beber el vino más fino que podamos permitirnos. Se nos pide que en Simjat Torá bailemos hasta más no poder. La Torá nos implora que hagamos felices a nuestras esposas, las más felices del mundo entero.

 

El placer forma parte del judaísmo. Debemos servir a Hashem con alegría y uno no puede estar alegre a menos que disfrute de los placeres de la vida.

 

Veamos cómo el valor absoluto del placer afecta la vida diaria:

 

El propósito de mantener un buen estado de salud es servir a Hashem con alegría la mayor cantidad de años posible. O sea, al maximizar la longevidad que nos dio Hashem, estamos sirviéndolo con fidelidad. Comer una dieta sana y hacer ejercicio son ejemplos excelentes de actividades físicas que son absolutamente espirituales cuando las prioridades de la persona están puestas en el lugar correcto.

 

Veamos cómo.

 

Las endorfinas, que son las hormonas de “sentirse bien”, son las que hacen que la persona se sienta fantástico después de hacer gimnasia. Sorprendentemente, comer comida sana y reírse también inducen las endorfinas. Ese es el placer que uno siente.

 

Pero esperen, porque eso no es todo.

 

Si la prioridad de comerte ese bife de chorizo es tu amor al bife, o sea, 100 % deseo físico, entonces ese bife va para “el otro lado”. Pero si comes ese mismo bife en Shabat o en una comida festiva, entonces el “valor absoluto” de ese bife va para el lado de la santidad y beneficia al alma como una mitzvá. Lo mismo si comes ese bife para aumentar tu nivel de proteínas después de haber hecho gimnasia porque entonces tu objetivo es construir tus músculos para poder seguir sirviendo a Hashem a los ochenta años sintiéndote joven como un muchacho.

 

La mujer debe que mantener su atractivo para santificar el Nombre de Hashem y gratificar a su marido. Esto le da “valor absoluto” a su belleza del lado positivo e invoca todas las bendiciones para ella y para su familia. Pero cuando ella se embellece en un intento vano por llamar la atención de la gente, transgrediendo los límites del recato, entonces de acuerdo con el Zohar, está haciendo exactamente lo contrario y se está separando a ella y a su familia del canal de abundancia Divina.

 

La gratificación matrimonial y la procreación dentro del marco del matrimonio son las mitzvot más exaltadas de la Torá. Pero apenas se convierten en indulgencia física y en un prioridad dirigida al placer corporal, sin ninguna intención santa, entonces se transforman en lujuria.

 

La lección de la Vaca Roja es canalizar los placeres de la vida para beneficio del alma.

 

Esperemos que el Mashíaj venga muy pronto, para que podamos comer el Cordero de Pesaj, que es una exaltada mitzvá que hace ya siglos que soñamos con llevar a cabo, y no porque nos guste las chuletas de cordero.

 

Felices preparativos de Pesaj!

Escribe tu opinión!

Gracias por tu respuesta

El comentario será publicado tras su aprobación

Agrega tu comentario