Una boda a la francesa

A nuestra redacción ha llegado una carta muy conmovedora que nos gustaría compartir con todos ustedes.

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Tali Mandel

Posteado en 15.03.21

 

A nuestra redacción ha llegado una carta muy conmovedora que nos gustaría compartir con todos ustedes.

 

“Llevamos teniendo limitaciones de parnasá desde hace varios años. Vivimos Baruj Hashem bien pero justo. Desde principio de este año, mi prima de Francia anunció que se iba a casar en Octubre. Nosotros vivimos en América por lo que era mucho gasto para toda la familia viajar para allá, pero BH mi papá tenía ciertos proyectos que con la ayuda de Di-s podrían proveer una buena parnasá y así ir a la boda. La boda era de un familiar cercano, y además mi mamá no había visto a su familia desde hacía más de 10 años así que este viaje era una oportunidad de oro para un reencuentro.

 

Yo, con lo que podía, ahorraba para aportar en algo para los gastos del viaje y avisé a tiempo en la oficina (aun sin haber comprado boleto) para poder reservar estas fechas para irme. Mi hermana tenía un problema con la universidad ya que había perdido muchas clases por las fiestas de Rosh hashaná/kipur/sucot etc… y tan solo podía faltar una vez más a clase. Habló con su profesora para ver si la dejaba faltar a clase explicándole todo el caso y esta le dijo que no iba a poder perdonarle la falta, que si no venía iba a perder la materia.

 

De todas formas, todavía no teníamos el dinero necesario. Yo, todos los días, me metía a buscar vuelos y conexiones pero, aunque encontrara algo, mi mamá me decía que no podíamos pagar esos boletos.

 

Un mes antes de la boda todavía no teníamos nada. Mi familia de Francia presionaba para que fuéramos pero no teníamos cómo pagarlo. En los rezos de Rosh Hashaná, cuando habrían el hejal le pedía a Hashem que pudiéramos viajar todos a Francia sin ningún problema, que permitiera a mis padres ver a sus padres, que nos dejara alegrar a la novia.

 

Yo empecé a fortalecerme con la emuná y gratitud. Los libros del Rab Arush llegaron a nuestras vidas hace años y nos cambiaron la vida de forma literal. Estos son libros para leer todos los días pero yo había dejado un poco de lado esa lectura. Con este problema gracias a Di-s una persona me pasó el libro de En el jardín de los milagros. Ese libro me dio un jizuk (fortalecimiento) como nunca pude imaginar. Quería terminarlo pero no quería al mismo tiempo. Así que empecé a agradecer a Hashem que hasta ahora no teníamos la parnasá para el viaje, gracias por las veces que hace muchos años viajaba a visitar a mi familia  y lo daba por sentado y nunca dije gracias. 

 

Los proyectos de mi papá iban mejorando pero siempre había algún bloqueo que no nos permitía recibir dinero. Pero entre todos seguimos reforzándonos en la emuná: decidimos empezar a ver la ropa que nos íbamos a llevar y a sacar las valijas. Mi mamá se da cuenta de repente que NADA le queda para la boda ni para los eventos y no hay dinero ni tiempo de ir a comprar ropa nueva. Gracias a Di-s hay un gmaj de ropa en el que decidimos intentar. CUAN GRANDIOSO ES HASHEM QUE ENCONTRO CADA VESTIDO PARA CADA EVENTO Y PARA LA BODA, CON RECATO Y DE SU TALLA!!!  Aunque todavía no teníamos el boleto comprado de todos modos decidimos llevarnos la ropa  porque teníamos emuná.

 

 

Mi hermana decidió hablar con su profesora que era dura y antes de ir mi mamá le dijo: -Ten emuná, Hashem es el que decide las palabras de tu boca y las de ella. Ella va a ablandar su corazón para que te deje ir. SEGUNDO MILAGRO INCREIBLE!! La profesora que era muy estricta le dijo a mi hermana que como tiene buenas notas y buen comportamiento y llega a tiempo a clases, puede faltar una vez más. QUE LOCURA!! Yo desde afuera estaba viendo cómo, poco a poco, Hashem iba arreglando todo para que, una vez que tuviéramos la parnasá, pudiéramos comprar los boletos e irnos.

 

Una semana antes de la boda, mi papá nos dijo que no alcanzábamos a irnos justo la semana antes, pero que con favor de Di-s si todo iba bien, esperaba ciertas respuestas para irnos unos días antes de la boda. Para demostrar nuestra emuná, empezamos a empacar la ropa y mi mamá arregló las neveras y congeladores y compró cosas para el avión, aun sabiendo que no teníamos  el boleto. 

 

Llego el día y nada. Nuestra emuná se reforzó más y entendí que no íbamos a llegar  a los eventos pre boda pero nuestra emuná estaba más fuerte todavía y nuestra gratitud más fuerte. Llegué a la conclusión de que debía agradecer a Hashem tanto si íbamos a la boda como si no, que si Él destinaba que no íbamos a la boda debía darle gracias a Él. Obviamente esos días casi ni me despegaba de los libros que me reforzaban la mente en emuná y agradecimiento a Hashem.

 

Ya teníamos solo una oportunidad para llegar antes de shabat pero nada pasó. De todos modos, reforzada en emuná, mi mamá hasta hacía los tags para las maletas. Mi papá tenía un estrés muy grande como padre de familia y Baruj Hashem yo le repetía cosas que decían los libros del Rab Arush y eso lo calmaba.

 

En casa escuchaba shiurim del Rab Yonatán Galed que me reforzaban cada vez más y les decía: -Hasta que la boda no pase, voy a tener la esperanza de que vamos a llegar. Hashem tiene MILES de medios para hacernos llegar a esa boda si EL quiere que nosotros estemos allá. Debemos seguir con la emuná, decir gracias que no fuimos a los eventos pre boda, y que la familia nos escribe tristes de cómo puede ser que no vamos a llegar etc… El último vuelo que podíamos tomar para alcanzar la boda era uno que quedaba justo motzae shabat. Me dije que esa era nuestra última opción así que seguí agradeciendo y rezando.

 

No me van a creer pero al final del día jueves, mi papá nos dijo que consiguió de forma MILAGROSA el dinero para poder irnos Baruj Hashem. Yo no podía creer y al mismo tiempo lo creía. Empezamos a lagrimear todos juntos de la felicidad.

 

La salvación de Hashem llega en un milisegundo, se cambia todo en un instante y de la forma que menos te lo esperas. Aprendí TANTO de todo esto que me pasó… Hashem solo quiere que estemos cerca de Él y que le agradezcamos. Hashem nos va a mandar muchas pruebas para que demostremos nuestra emuná y tenemos que ser fuertes y creer en El y agradecerLe tanto por si hace nuestra voluntad, como si no. Hashem nos AMA y solo quiere lo mejor para nosotros, así que nos toca agradecer por todo lo que Él nos hace.

 

Estoy escribiendo este correo en el día que recibimos las buenas noticias. Viajamos con favor de Di-s el sábado y solo quiero agradecer a Hashem por habernos hecho descubrir el libro del Rab Arush porque solo gracias a la emuná pudimos pasar esta prueba con amor y alegría”.

 

 

 

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