La Causa de Los Sufrimientos

La relación entre el Creador y el ser humano es paralela a la relación entre marido y esposa. Por medio de su esposa el hombre entiende cómo él mismo se comporta con el Creador…

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 06.04.21

La relación entre el Creador y el ser humano es paralela a la relación entre marido y esposa. Por lo tanto, por medio de su esposa el hombre podrá entender cómo él mismo se comporta con el Creador… 

 
“Pensamiento”, “Habla” y “Acción”
 
Enseñó uno de los grandes Justos que cuando el hombre sufre por causa de sus hijos, indica un defecto en la parte del alma que corresponde al “Pensamiento” y es castigado por medio de sus hijos, medida por medida, porque los descendientes del hombre se forman de la esperma que se origina en el cerebro.
 
Si sufre por su esposa, esto indica un defecto en la parte de su alma que corresponde al “Habla” y es castigado, medida por medida, por medio de su esposa que también corresponde a la categoría del “Habla”.
 
Cuando el hombre tiene pesar por dificultades económicas, indica un defecto en la parte del alma que corresponde a la “Acción” y es castigado, medida por medida, por medio de problemas financieros, para insinuarle que corrija sus acciones.
 
Hijos del Creador
 
Respecto a las tribulaciones que tiene el hombre con sus hijos, debe saber que debido a que el hombre es llamado hijo del Creador, entonces Él le insinúa por medio de sus hijos exactamente lo que piensa de él. Por ejemplo, si su hijo lo desobedece, es señal que él desobedece al Creador. Y si su hijo se insolenta con él, debe examinar en qué se conduce con insolencia frente del Todopoderoso, etc. También deberá arrepentirse por cada pesar que afligió a sus padres, porque muchas veces la historia se repite con él, y sus hijos le hacen exactamente lo que él hizo a sus progenitores.
 
“Una ayuda frente a él”
 
La relación entre el Creador y el ser humano es también paralela a la relación entre marido y esposa. Por lo tanto, por medio de su esposa y su comportamiento hacia él, el hombre podrá entender cómo él mismo se comporta con el Creador. Tal como se explica el versículo que describe la creación de la mujer (Génesis 2:18): “Le haré una ayuda frente a él”, si se lo merece – su esposa será su ayuda; y si no se lo merece – lo enfrentará y estará en su contra. La explicación es que cuando el hombre es puro en sus acciones, entonces su esposa es agradable y le ayuda, pero cuando sus acciones no son buenas, ella se opone a él.
 
También hay que saber, que la esposa es el espejo del hombre, y según su comportamiento, sus cualidades de carácter y su temor a Di-s, puede verse a sí mismo como en un espejo.
 
Por ejemplo, si ella es irascible, es señal que el también lo es, e incluso si le parece que ella tiene un carácter muy tranquilo, debe buscar en sí mismo y encontrará que tiene mucho enojo que no le era conocido. Por lo tanto, se le demuestra al hombre por medio de su esposa como con un vidrio de aumento, su verdadera intimidad. O por ejemplo, si ve el hombre a su esposa despreciar algún Precepto, es señal que él tiene debilidad en su cumplimiento. Es posible también que, en realidad, él sí cumple el Precepto, pero sólo exteriormente sin corazón, y por esto la luz espiritual del Precepto no ilumina a su esposa. Y así en el resto de todos los asuntos, en cada tema que sea, cada uno debe meditar sobre esto y ver cómo son las cosas de su vida.
 
Otro punto más, muchos de los sufrimientos que tocan el bienestar doméstico, vienen para insinuarle al hombre un defecto en su fe, o insinuarle sobre su arrogancia, impudicia o la impureza de sus ojos por mirar a otras mujeres, etc.
 
“El camino de los malvados prospera”
 
Este atributo y conducta del Creador, que castiga al hombre para insinuarle lo que tiene que corregir, es sólo para aquella persona a quien el Creador compadece; sólo a él estimula por medio de tribulaciones. Como comentaron los Sabios: “A quien el Creador quiere, lo oprimirá con sufrimientos, como está escrito (Isaías 53:10): ‘Y el Eterno quiso oprimirlo con padecimientos’”. Pero hay hombres que se hundieron tan profundamente en su perversidad que el Creador no trata más de estimularlos por medio de tribulaciones, porque Él sabe que no les ayudarán. Por eso, en lugar de castigarlos sin beneficio, les da su recompensa ya en este mundo, y los castigará en el Mundo Venidero. Esta es la razón por la que existen malvados muy prósperos que no tienen sufrimientos, como está escrito (Jeremías 12:1): “… el camino de los malvados prospera”. Pero, sin embargo, en el Mundo Venidero van a ser castigados por su perfidia, y serán privados de todo lo bueno guardado a la gente justa para toda la eternidad.
 
Sufrimientos de amor
 
Tribulaciones de amor son otro tipo de sufrimiento designado a los Justos para aumentar su recompensa. Si le llegan al hombre sufrimientos, debe examinar sus acciones, como está escrito (Lamentaciones 3:40): “Examinaremos nuestros caminos y los investigaremos, y retornaremos al Eterno”. Si examinamos nuestras acciones y no encontramos ninguna razón para los sufrimientos, los atribuiremos a la supresión del estudio y trabajo espiritual, tal como que está escrito (Salmos 94:12): “Feliz es el hombre a quien Tú castigarás, oh Eterno, y le enseñarás Tu Ley”. Y si tampoco nos encontramos culpables de esto, entonces es sabido que son sufrimientos de amor, como está escrito (Proverbios 3:12): “… el Eterno reprende a quien ama”.
 
La explicación es, que cuando el Creador desea agregar al Justo una recompensa, entonces le trae tribulaciones, y así se complementa en el Justo también el premio por los sufrimientos mismos, y también la recompensa por servir a Di-s a pesar de todas sus dificultades. Este es un servicio que tiene un enorme valor. De por sí, puede el Justo rechazar estos sufrimientos muy fácilmente debido a que ellos llegan solamente para aumentar su recompensa, y puede decir: “No quiero estos sufrimientos ni su recompensa”, y ellos desaparecerán.
 
El camino medio
 
En efecto, la mayoría de la gente no pertenece ni al grupo de los Justos ni al grupo de los malvados, y como han dicho los Sabios: “No está en nuestras manos ni la tranquilidad de los malvados y ni los sufrimientos de los Justos”. Y se entiende por lo que escribimos arriba, que no se puede atribuir el sufrimiento del hombre a sufrimientos de amor sólo si examinó sus acciones y considera que no posee ningún pecado, ni tampoco por haber suprimido el estudio y el trabajo espiritual. ¿Y quién es el que puede decir sobre sí mismo que está en ese grado espiritual?
 
Por lo tanto, el hombre debe saber que todas las tribulaciones que le llegan, se deben a una transgresión. Si retorna al Creador, los sufrimientos lo dejarán. Y este es el proceso: el hombre debe buscar por causa de qué pecado le llegaron los sufrimientos, pues, como se ha dicho, “No hay tribulaciones sin transgresiones”, y lo hará meditando en qué forma fue castigado, pues debe ser medida por medida con su transgresión. Cuando lo descubra, debe confesar frente al Creador su mala acción, arrepentirse, pedirle disculpas y corregir sus acciones. Después deberá aceptar que no volverá más a hacer lo que hizo, y ciertamente que se anulará el castigo que ha recibido. Porque el Creador no quiere el castigo sino que el hombre se despierte, retorne a Él, y así logrará su salvación, como está escrito (Ezequiel 18:23): “ ‘¿Acaso me complazco Yo de la muerte del malvado?’ – dice Di-s el Eterno – ‘por el contrario, deseo que retorne de sus caminos y viva’ ”. La única causa por la que llegan al hombre sufrimientos es para estimularlo a examinar sus acciones y retornar al Creador, y de ningún modo como un castigo o venganza.
 
 
Continuará…
 
 
(Extraído del libro "En el Jardín de la Fe" por Rabi Shalom Arush, Director de las Instituciones "Jut shel Jésed" – "Hilo de Bondad")

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