¡Grita! – Shemot

En nuestro exilio actual, la única opción que tenemos es clamar ante Dios, tal como lo hicieron nuestros antepasados en Egipto. Así como Dios escuchó sus gritos, ¡sin duda, Él también escuchará los nuestros!

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Moshe Neveloff

Posteado en 09.01.23

Hemos entrado en una fase completamente nueva en la historia del pueblo judío: la esclavitud en Egipto. Moshé es enviado a Egipto para comenzar la redención de los largos y duros años de esclavitud, la Torá dice: “Durante esos días, sucedió que el rey de Egipto murió, y los Hijos de Israel gimieron a causa del duro trabajo y gritaron. Su clamor por el trabajo llegó hasta Dios. Dios oyó sus gemidos, y Dios se acordó de Su pacto con Avraham, con Itzjak y con Yaakov” (2:23-24).

Rabí Natan comenta que el período de tiempo que iniciamos esta semana se llama Shovavim (que es una sigla compuesta de las seis primeras parashiot de la Torá del libro del Éxodo: Shemot, Vaera, Bo, Beshalaj, Itró y Mishpatim). Durante esta época del año, muchas personas tienen la costumbre de ayunar y clamar a Hashem con plegarias adicionales de teshuva, porque durante estos días leemos en la Torá sobre el exilio en Egipto y la redención del pueblo judío, la cual merecieron gracias a sus clamores y sus lágrimas. Nosotros también necesitamos clamar a Hashem y rezar por nuestra redención hoy en nuestro actual estado de exilio, tal como hicieron nuestros antepasados en Egipto. 

Rabí Natan explica que la razón principal de todo el sufrimiento y las diversas expresiones del exilio que una persona atraviesa en su vida es la falta de conciencia espiritual (daat), que es el aspecto de los shovavim. Además de ser una sigla, como se explicó anteriormente, la palabra shovav significa “travieso” en hebreo moderno. Sin el conocimiento adecuado de la Torá y la conexión con nuestra fe, vagamos por el mundo como una persona loca y traviesa. Sin embargo, si entendemos nuestro estado actual de exilio, y cómo nos dejamos llevar por los deseos arbitrarios de nuestro corazón sin buscar el verdadero propósito de la vida, tendremos el conocimiento para tener misericordia de nosotros mismos y gritar mucho a Hashem por ayuda. A través de la plegaria y el grito a Hashem, es posible merecer ‘dar a luz’ al conocimiento y a la conciencia expandida. Esto, a su vez, hace que Hashem escuche sus plegarias y le conceda más conocimiento. A través de nuestras plegarias podemos merecer nuestra propia redención personal que, a su vez, acerca la redención general del pueblo judío. Esto se debe a que todo nuestro sufrimiento en el exilio se debe a la falta de conciencia espiritual (Likutei Halajot).

Nuestra salvación depende de que utilicemos nuestro poder del habla para pronunciar palabras de plegaria, permitiéndonos clamar a Hashem. El habla es una expresión de nuestros pensamientos y sentimientos, y en un sentido más profundo, es una expresión del alma. Rabi Najman dice, basándose en el Sagrado Zohar y en el Arizal (Rabi Itzjak Luria zt “l), que en Pesaj, nuestro poder del habla abandonó el exilio. Este es el aspecto de Pe-saj, que significa en hebreo “la boca abierta y parlante”. El Zohar explica que durante el exilio en Egipto, el habla del pueblo judío también estaba en el exilio y no podían rezar con palabras, sólo con gemidos y clamores, tal como describe la Torá más arriba (Sabiduría de Rabi Najman, lección 88). Así también en nuestras vidas hoy en día, una gran parte de nuestra redención personal de nuestro Egipto personal consiste del poder de la palabra. Necesitamos usar nuestro poder de la palabra para expresarnos en la plegaria, y para compartir lo que estamos viviendo con aquellos que están cerca de nosotros.

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