Si tan sólo…

En la vida nada con valor verdadero puede alcanzarse con poco o nada de esfuerzo, y en especial la Torá.

3 Tiempo de lectura

Rabino Shalom Arush

Posteado en 05.04.21

Hay gente que se engaña a sí misma pensando: “Si tan sólo vivieran en mejores circunstancias, podría servir mejor a Hashem”. Fíjense en estas expresiones y dígannos si no les suenan un tanto “familiares”:

 

“Si tan sólo tuviera un salario mejor, tendría más tiempo y más paciencia para estudiar Torá”.

 

“Si tan sólo mi padre fuera un rabino o el director de un Colegio Rabínico, podría estudiar Torá todo el día”.

 

“Si tan sólo no tuviera tantos gastos podría dar más caridad”.

 

“Si tan sólo mi pareja me tratara mejor, yo la trataría con más cariño”.

 

“Si tan sólo pudiera arreglármelas sin el salario extra, no tendría necesidad de trabajar en Shabat”.

 

Todos estos “si tan sólo” no son más que una forma de engañarnos a nosotros mismos. Cuando uno piensa que “si tan sólo” tuviera mejores circunstancias entonces podría orar y estudiar, lamento decírselo, pero se está engañando a sí mismo. La verdad es que Hashem nos da a cada uno de nosotros las condiciones ideales para alcanzar la rectificación de nuestras almas y llevar a cabo nuestra misión en la tierra. Hashem nos da las circunstancias exactas para que podamos acercarnos a Él. . La pareja o la falta de pareja, los hijos o la falta de hijos, el trabajo o la falta de trabajo, el dinero o la falta de dinero, y cada circunstancia de la vida es lo mejor para que podamos servir a Hashem. Nuestros familiares, nuestros vecinos, nuestros compañeros de colegio y cada persona que tiene un rol en nuestras vidas son todos producto de una precisa Supervisión Individual Divina diseñada para nuestro propio crecimiento personal y espiritual, nuestra perfección y nuestro éxito ulterior. Simplemente tenemos que creer y tener emuná en que todo lo que hace Hashem es para nuestro propio beneficio ulterior, o sea que todo es bueno. No hay mal en la vida, pues todo es resultado  de una Supervisión Divina perfectamente premeditada diseñada para ayudarnos a alcanzar la perfección. No necesitamos el “si tan sólo”, pues cada uno de nosotros tiene las mejores circunstancias  para servir a Hashem en este mismo momento.

 

Hay otra lección muy importante que también tenemos que aprender, que se aplica tanto al nivel material como al nivel espiritual – lo que viene fácil se va fácil. Los seres humanos no aprecian las cosas que llegan sin esfuerzo. Y lo que es peor es que cuando uno alcanza algo sin esfuerzo, finalmente le resulta nocivo. Las ganancias reales exigen un esfuerzo real. Toda ganancia en la vida que llega sin esfuerzo hace que uno se vuelva arrogante y la arrogancia siempre conduce al fracaso. El que recibe una esposa sin haber tenido que orar por ella, ciertamente ha de sufrir en su matrimonio. El que trae hijos al mundo sin haber tenido que orar por ellos y que los considera meramente el resultado de haber tenido relaciones conyugales ciertamente sufrirá a causa de ellos. Las personas que nacieron en cuna de oro o que tienen dinero por el cual no tuvieron necesidad de trabajar invariablemente tienen un aire de soberbia. Y así con todo en la vida.

 

Nuestros Sabios nos dicen (ver Tratado Meguilá 6b) que si uno alcanza algo sin esfuerzo, no tiene que creer en la fiabilidad de la adquisición. Del mismo modo, si uno alcanza algo con un esfuerzo voluntario, entonces ciertamente puede creer en el bien inherente de la adquisición. Esto se aplica a todo en la vida, ya sea dinero, educación, pareja, o incluso crecimiento espiritual. Sin un esfuerzo real, no hay una ganancia real. Además, si te esforzaste por algo, no dejes que la mala inclinación minimice tus esfuerzos, diciéndote que lo que has hecho es insignificante para Hashem. ¡Eso no es cierto! Hashem aprecia y valora enormemente cada pequeño logro espiritual que hace la persona. Y cuanto mayor el esfuerzo, más grande el valor.

 

Solamente debemos creer que algo es genuino si es que nos esforzamos por obtenerlo. En la vida nada con valor verdadero puede alcanzarse con poco o nada de esfuerzo, y en especial la Torá. La fiesta de Shavuot nos recuerda que la Torá nos pertenece a todos. Así que no digas: “Si tan sólo mi padre fuera un Rabino…”. Si quieres, puedes. Feliz Shavuot!

 

 

 

 

 

 

 

Escribe tu opinión!

1. Graciela fuentes salas

4/04/2021

Rabi Arush sabias palabras de un “GRAN SABIO” como usted que a mi en lo personal tarde en encontrarlo a usted y al Rabi Yonatan 33 años y ha valido la pena saludos con toda mi gratitud desde México

Gracias por tu respuesta

El comentario será publicado tras su aprobación

Agrega tu comentario