Eres una obra maestra!

Hashem es el artista por excelencia. Todas Sus creaciones son originales y especialmente Su principal creación, que eres tú.

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Rabino Lazer Brody

Posteado en 16.03.21

Siempre que le digo a alguien que es una persona única e irremplazable, con un talento y un potencial increíbles y que Hashem lo ama más de lo que se puede imaginar, la gente se encoge de hombros y me responde: “Rabino Lazer, usted solamente me está tratando de hacer sentir bien…”. No, no es cierto. Lo digo porque es verdad, y aquí les demuestro de qué manera.

 

Tú, querido amigo-a, eres una obra maestra.

 

¿Qué es una obra maestra?  Estos son los tres criterios con los que se la define:

 

  1. Tiene que ser original
  2. Tiene que ser única e irremplazable
  3. Ninguna obra es completa si no lleva la firma de su autor.

 

El Midrash dice repetidamente: “No hay ningún artista como nuestro Dios”. Hashem es el artista por excelencia. Todas Sus creaciones cumplen con los criterios citados, y especialmente Su principal creación, que eres tú.

 

En primer lugar, eres una obra original. No hay nada en toda la tierra ─mineral, vegetal, animal o humano─ que comparta tu mismo mapa de cromosomas. Sí, las diferentes creaciones tienen genes similares, así como distintas pinturas tienen colores o texturas similares, pero eso no les quita ni una pizca de originalidad.

 

Fíjate con cuánto cuidado Hashem hace cada copo de nieve. Cada uno es único e irrepetible. En el cristal del copo de nieve, las moléculas se alinean en un hexágono diferente. Además, cada copo de nieve tiene un trayecto distinto desde el cielo hasta la tierra. No hay dos copos de nieve que compartan el mismo trayecto. Nunca nadie ha descubierto dos copos de nieve que sean idénticos.

 

¿Esto les recuerda las enseñanzas de emuná? Es verdad, así como los copos de nieve no comparten los trayectos y cada uno es diferente del otro, lo mismo sucede con nosotros, los seres humanos. Pero a diferencia del copo de nieve, que es mineral, o sea, del nivel más inferior de la creación, nosotros somos seres humanos, o sea, del nivel más superior de la creación. Es ridículo suponer que un ser inferior sea más sofisticado que un ser superior. Eso sería como decir que un triciclo es más sofisticado que un Boeing 747.

 

Hashem no llama a los copos de nieve Sus “hijos”. Pero a ti, sí. Tú eres una de Sus obras maestras- original y única, y además llevas Su firma, que está en las huellas digitales de tu pulgar. Y también en tu ADN, tal como veremos a continuación.

 

El Dr. Yeshayahu Rubinstein, biologista molecular del Instituto Weitzman de Rejovot, Israel, investigó las células de ADN humanas y descubrió que en la cadena del ADN hay “puentes” que hacen que las espirales no se separen, permitiendo así que las células estén con vida. parafraseando a Rabí Najman, estos son los “puentes muy estrechos” que contienen nuestra fuerza vital, porque en el momento en el que las espirales se separan, la célula muere.

 

 

Esperen, que esto se pone todavía más interesante:

 

Cada cadena de ADN sigue un patrón: primero hay 10 ácidos; luego un puente, luego otros 5 ácidos, luego un puente; 6 ácidos, un puente, 5 ácidos, un puente. Y luego se repite el mismo patrón.

 

10 es el equivalente número de la letra hebrea iud

 

5 es el equivalente número de la letra hebrea hei

 

6 es el equivalente número de la letra hebrea vav

 

5 es el equivalente número de la letra hebrea hei

 

El orden de los puentes e la cadena del ADN es idéntica al Nombre inefable de Hashem, que en hebreo se escribe iud-hei-vav-hei. Y esa es la firma del Creador. Su Santo Nombre está en todo nuestro ADN.

 

Esto nos revela otro secreto increíble: la fuerza de vida y la causa de la muerte. Hemos dicho que si los puentes están enteros y las espirales están conectadas, entonces la célula está viva. Eso significa que cuando el Nombre de Hashem está entero, hay vida.

 

Pero si los puentes se rompen y las espirales se separan, entonces el patrón del Nombre de Hashem en el ADN también se rompe. Y cuando se rompe el Nombre de Hashem, cesa la vida.

 

Por eso, estate seguro de que eres una obra maestra única e irrepetible, y que Hashem en persona te está dando vida a cada instante.

 

 

 

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