Original o copia

Existen falsas copias del judaísmo, que pretenden ser como el original pero no tienen ni la calidad ni el acabado que da el producto original.

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Tali Mandel

Posteado en 14.03.21

Hoy en día hay versiones baratas o, por decirlo políticamente correcto, económicas de todas aquellas marcas de prestigio que se precien de serlo. Desde ropa hasta maquillaje y cosmética en general, zapatos, de todo lo que uno se pueda imaginar. Incluso en internet te explican cómo conseguir los clones de productos que el bolsillo no puede alcanzar pero la persona anhela de corazón. La polémica está servida.

 

¿Es mejor comprar algo que viene de China que algo que producen en el país en el que vives? ¿Estamos haciendo daño al pequeño y gran comercio nacional al adquirir productos que vienen de otros lugares? Son muchos interrogantes que son más propios de otro tipo de artículo, tal vez para una web sobre economía o sobre moda. Materialismos aparte, aquí hablamos de Torá, de emuná, de espiritualidad. Es una realidad que existen falsas copias del judaísmo, que pretenden ser como el original pero no tienen ni la calidad ni el acabado que da el producto original. Les estoy hablando de confundir la Torá con lo que vienen llamando el antiguo y nuevo testamento, por ejemplo. Recibimos constantemente llamados y cartas que vienen de personas que están muy confundidas debido a estas falsas copias de mala o buena calidad que les hablan de Mesías que ya vinieron pero se dejaron algo por hacer y van  a volver.

 

Señoras, señores, no se dejen llevar por la emoción del producto barato. Si se trata de ropa que van a usar durante un periodo corto de tiempo, adelante, lávenla con cuidado antes de probarla siquiera y disfruten de sus 10 dólares de vestido. Pero si hablamos de algo que va a nutrir su alma, que les va a hacer replantearse su vida entera, no se dejen llevar por malas imitaciones. Comprendo que es fácil, que es atractivo y que pareciera más asequible. Pero no es auténtico. Uno se puede levantar un día dándose cuenta de que lo que está viviendo es una vida falsa, llena de mentiras, embustes y copias de poca calidad. Libros que hablan verdades a medias (que son las más fáciles de creer y más difíciles de desenmascarar), amuletos que hacen pensar a la persona que tienen que confiar en un trozo de madera antes que en su fe en el Creador del Universo… no se dejen engañar.

 

La relación con HaShem es única y directa, no hay intermediarios. Sí que hay personas que nos ayudan. Existen Rabinos en el caso del judaísmo y, para los noájidas, hay algunos rabinos que se han especializado en estos temas o también hay maestros que ayudan a los demás a comprender los puntos noájidas que les resultan complicados. Estas personas (no me gusta el término guía espiritual simplemente por similitudes malentendidas con ciertas sectas) ayudan a los demás a cumplir la Torá tal y como debe hacerse. Los rabinos nos ayudan a comprender cómo hacer mitzvot, cumplir con los preceptos que HaShem ha ordenado en Su Torá, nos acercan un poco más estas enseñanzas sagradas para que podamos aplicarlas en nuestra vida. En ningún caso estos rabinos son intermediarios ni confesores, sino que nos ayudan y animan a que cultivemos nuestra propia relación personal y directa con HaShem. No hay necesidad de confesarle a nadie los pecados, es HaShem Quien escucha (aunque ya sabe lo que hemos hecho) y otorga el perdón.

 

Como les decía, no se dejen engañar por falsos maestros que confunden los términos y buscan solamente aprovecharse de la ingenuidad de los demás. Investiguen, abran los ojos, lean con detenimiento y podrán encontrar la verdad. Está ahí, al alcance de su mano.

 

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