¡La gratitud cambia la realidad!

Un hombre joven, allegado mío, empezó a leer los libros de emuná y escuchar los CDs y hace todos los días una hora de hitbodedut y la verdad es que vive en un paraíso terrenal. Este hombre me contó que un día le dijo a su esposa: “En realidad, en términos prácticos no nos cambió la vida.

Seguimos teniendo los mismos problemas y las mismas deudas que teníamos antes pero se ha producido un cambio esencial: antes de que empezáramos a vivir con emuná, cada cosa me tiraba abajo; el más mínimo problema me sumía en el enojo, la tristeza. Estaba todo el tiempo nervioso, amargado, deprimido. Ahora que tengo emuná, todo el tiempo estoy alegre y todo el tiempo doy las gracias…”.

Muchas veces uno se debilita en el trabajo de la gratitud debido a que no ve resultados. Pero debemos recordar que la gratitud misma es el resultado y es la salvación. La gratitud es la verdad. Y cuanto más nos acerquemos a la verdadera gratitud, más milagros y salvaciones vamos a ver.

Por lo tanto, cada persona debe tener en mente que cada vez que da las gracias por alguna carencia que tiene y acepta todo con emuná y está contento con lo que le tocó en la vida, sometiendo su propia voluntad a la de Hashem, ciertamente está obrando salvaciones. Si de verdad cree en Hashem y de verdad da las gracias y ora por el futuro con total emuná, esa persona tiene que saber que hay cosas que va a tardar cierto tiempo en recibirlas en la práctica y que no es seguro que vaya a recibir la salvación específica tal como la persona la entiende, sino como Hashem entiende que es mejor para ella.

La principal salvación es que la persona hace lo que Hashem quiere que haga; Él quiere que la persona crea en Él, y al hacerlo el resultado es que vive con emuná y alegría.