No sólo de pan – Ekev

La parashá de esta semana nos muestra dos fundamentos de la vida: que no vivimos sólo de la comida, y que al suspirar podemos invitar a Dios a nuestra vida y cambiarla para mejor.

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Moshe Neveloff

Posteado en 15.08.22

En la parashá de la Torá de esta semana, continuamos aprendiendo las últimas palabras de partida de Moshé Rabenu al pueblo judío antes de entrar en la Tierra de Israel. “Recordarás todo el camino por el que Hashem, tu Dios, te condujo estos cuarenta años en el desierto para afligirte, para ponerte a prueba, para saber qué hay en tu corazón, si observarías Sus mandamientos o no. Y te afligió y te hizo pasar hambre, y luego te alimentó con el maná que no conocís, ni tus antepasados conocían, para hacerte saber que no sólo de pan vive el hombre, sino de todo lo que emana de la boca de Dios vive el hombre” (8:2-3). 

Vivimos por la boca de Hashem. Nuestras vidas son un regalo que Él nos dio en Su bondad y buena voluntad. Decimos todas las mañanas en los rezos: “Bendito sea el que habló y el mundo llegó a ser”.

¿Qué nos enseña Moshé en estos versículos? ¿Cuál es la fuente principal de nuestra vida y vitalidad? Rabí Natan de Breslev explica que la principal fuente de nuestra vitalidad no proviene de la comida en sí. Más bien, nuestra vitalidad y principal fuente de vida proviene de las palabras de Hashem. La razón más profunda por la que recibimos sustento y vitalidad de la comida es porque Hashem puso en la comida esta influencia de santidad, que tiene el poder de darle vitalidad a la persona. La comida tiene una fuente espiritual y una influencia que proviene de Hashem. 

Por lo tanto, la principal fuente de vitalidad proviene de la Torá, que es la palabra de Hashem. Los Sabios enseñan que Hashem miró la Torá y creó el mundo. Al igual que en cualquier otro aspecto de la vida, la Torá nos enseña a comer con santidad. Todo en la creación está compuesto por cuatro elementos fundamentales: tierra, agua, fuego y aire (espíritu). A través de las leyes y las enseñanzas de la Torá somos capaces de aclarar estos elementos esenciales y vivir con ellos en armonía. Tenemos la capacidad de separar lo bueno de lo malo en ellos. Cuando no están en equilibrio, estos elementos pueden tener una influencia negativa que nos hace comportarnos con malos rasgos de carácter o desear placeres que no son saludables para nosotros. Cuando somos capaces de trabajar con estos cuatro elementos esenciales en equilibrio y armonía, tenemos el mérito de conectarnos con nuestra fuente de vitalidad y santidad – el Maestro del Mundo (Likutei Halajot, las Leyes de Pesaj, 3ª enseñanza).

Esta enseñanza de Rabi Natan sobre el verdadero espíritu de la vida se basa en la octava enseñanza de Rabi Najman en la primera parte de Likutei Moharan. Él explica en esa enseñanza que los suspiros y gemidos de una persona son muy valiosos e importantes, porque la ayudan a realizar lo que le falta. ¿Cómo? Cuando la persona carece de algo -salud, felicidad, medios de vida, etc.- y suspira por lo que le falta, esto hace que se complete su carencia. Cuando algo falta, como la salud, es porque hay algo que está faltando espiritualmente. Hay una falta de armonía en nuestro ser. 

Con respecto a todo lo que le falta a la persona en la vida, sólo es posible satisfacer estas deficiencias y encontrar la culminación conectándose con un verdadero Tzadik. ¿Por qué? Porque el aspecto espiritual que la persona necesita para cumplir con lo que le falta sólo puede recibirse de la influencia de un gran Tzadik. Este Tzadik siempre se aferra a la luz y la sabiduría de la Torá, que contiene la vitalidad espiritual que nuestras almas necesitan.

Cuando pensamos en algo que nos falta o en una dificultad que tenemos y suspiramos, Le estamos diciendo a Hashem en nuestro corazón y en nuestra alma: “¡No sé la respuesta, pero realmente necesito tu ayuda! Quiero encontrar un mejor trabajo para poder mantener a mi familia. Quiero tener una mejor relación con mi hijo. Quiero despertarme y sentirme feliz por el regalo de un nuevo día de vida”. Además, con sólo pensar “Tú me das este aliento de vida”, estamos expresando la fe y trayendo más santidad y luz a nuestro interior. Estamos conectando con nuestro Creador y reconociendo que Él nos da el don de la vida. Él puede ayudarnos a cumplir todos nuestros buenos deseos y sanar nuestro dolor y dificultades. Él puede completar todo lo que nos falta en la vida.

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1. Víctor Manuel Guzman

8/16/2022

Increible. Todo el fin de semana por cualquier medio he escuchado este menjade.

No solo de pan vive el hombre sino de toda Palabra que sale de la boca de Hasehem

Increible y dia a dia mas se fortalece mi emuná de saber que tengo un DIos que por mera misericordia me dá mil veces mas de lo que le pido

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