Cada cosa a su momento

Pongamos por caso que un muchacho de veinte años, bastante infantil y que no tiene aún la capacidad de hacerse cargo del yugo de una familia, Le pide a Hashem que le envíe a su alma gemela. ¿Qué se decide en el Cielo en un caso así?

Si le envían a su alma gemela, se va a acabar divorciando una semana más tarde. Pero como Hashem lo ama, no le envía a su alma gemela, y el muchacho sigue esperando. Mientras tanto, va creciendo y madurando. Y cuando está listo, entonces Hashem le envía a su alma gemela.

Entonces yo pregunto: ¿acaso sus plegarias funcionaron o no funcionaron? La respuesta es que sí: que cumplieron su cometido de enviarle a su pareja en el momento adecuado, según Hashem sintió que era conveniente y no según lo que él entendía con su limitada lógica.

Exactamente lo mismo ocurre en el ámbito espiritual. Cada cosa a su momento. Y para alcanzar un nuevo espiritual hay que esperar a que llegue el momento indicado. Si no te dan desde Arriba algo que estás pidiendo, al parecer, no estás listo para recibirlo. Y si te lo dieran, solamente te haría daño.

¿Cuál es el único problema? Que tú no entiendes por qué no recibes lo que pediste y eso es solamente porque te falta emuná, porque no crees que Hashem te ame y quiera darte lo mejor, o sea, en el momento debido. Y Hashem sabe qué necesitas recibir y cuándo necesitas recibirlo.

Otro punto a tener en cuenta es que la emuná nos enseña que tenemos que estar felices con lo que nos tocó y realmente dar las gracias por lo que tenemos. Esto fue lo que Hashem decidió darnos y si no estamos satisfechos, estamos viviendo una total falta de emuná. La gente comete el error de pensar que “estar feliz con su parte” se aplica únicamente al ámbito material. No es así.

En el ámbito espiritual también hay emuná y Supervisión Divina. Cada uno tiene que estar contento con el nivel de emuná que tiene. Recién cuando uno acepta con emuná y está contento con su parte, lo ayudan desde el Cielo.

Aquel que no está satisfecho con su porción espiritual no puede adquirir Torá ni ningún nivel espiritual. Así de simple.