Líderes y seguidores – Vaieshev

La parashá de esta semana es una de las más agónicas de toda la Torá. Los desacuerdos y disensiones entre los hijos de Jacob son tan difíciles de entender… De muchas fuentes se desprende que los hermanos eran grandes tzadikim, pero este hecho no se hace evidente en una historia que parece ser de simples celos y odio entre hermanos.

Una de las razones por las que la historia es tan difícil de comprender es que aparentemente todos hicieron algo muy cuestionable. ¿Por qué Jacob mostró tanto favoritismo hacia Yosef? ¿Por qué lo distinguió haciéndole un abrigo especial? El versículo nos dice que Yosef solía llevar a Jacob informes malignos sobre los hermanos. ¿Por qué lo hizo? Además, ¿por qué Yosef consideró necesario relatar sus sueños a los hermanos a pesar de que los celos y las fricciones eran los resultados probables? Por último, ¿es posible comprender la venta de Yosef por parte de los hermanos?

Basándonos en las palabras del gran Netivot Shalom, Rabí Noaj Shalom Berezovsky ztz”l (1911-2000), trataremos de comprender esta difícil historia.

Cada persona en este mundo recibió de Hashem un talento y un potencial únicos. Cada uno de nosotros está obligado a desarrollar estas cualidades al máximo, primero a nivel personal y luego a utilizarlas para traer la bondad de Dios al mundo. Si una persona no logra desarrollar sus habilidades particulares, aunque no haya realizado ninguna transgresión, es posible que no haya cumplido su misión especial en este mundo. Por otro lado, hay todo un mundo lleno de personas que enfrentan el mismo reto de desarrollar su grandeza personal. Nuestra responsabilidad, además de desarrollar nuestras propias capacidades únicas, es ayudar a los demás a desarrollar las suyas también. Después, todos tenemos que trabajar para unificar nuestras fuerzas individuales a fin de crear un mundo de bendición y santidad.

La cuestión que se plantea es si, en esta síntesis de talentos, hay cualidades e individuos que merecen un trato preferente. ¿Existen “directores de orquesta” y “primeros violinistas” frente a “segundos violines” en el intrincado tapiz que llamamos “mundo”? Además de la cuestión teórica, también hay algunas cuestiones prácticas. Suponiendo que haya “primeros” y “segundos” violines, la forma en que se llevan a cabo estas diferencias es una cuestión muy delicada. Las sutilezas son tanto para los aspirantes a “líderes”, aquellos especialmente dotados de dones esenciales para la mejora colectiva de la comunidad, como para los “seguidores”, los muchos que necesitan perfeccionarse aportando sus talentos mientras se someten a los “líderes”. Parte del delicado equilibrio consiste en que los “líderes” deben ofrecer humildemente sus talentos a la comunidad mayor sin esperar aceptación, por no hablar de honor o gloria, mientras que los “seguidores” deben estar dispuestos a convertirse en “segundones” de los que poseen estos poderes más universales. Este concepto de “liderazgo” no es una cuestión de carisma o control, sino de combinar adecuadamente los individuos y las capacidades para lograr la mejor unidad comunitaria. En el caso del pueblo judío, hacer que los diferentes elementos trabajen en armonía puede marcar la diferencia en cuanto a si merecemos o no ser un conducto para la luz Divina.

Esto fue lo que ocurrió con Jacob y los hermanos. Jacob, al mostrar una consideración especial hacia Yosef, estaba tratando de enseñarles a los otros hermanos que Yosef poseía una cualidad única que era primordial para el perfeccionamiento del pueblo judío. Yosef representaba una cualidad llamada “Yesod”, que literalmente significa “fundamento”. Aunque este concepto es un poco complicado, en resumen consiste de la capacidad de controlar y dirigir las pasiones y deseos físicos de la persona al servicio de Hashem. La preeminencia de lo espiritual sobre lo físico sólo es posible mediante esta cualidad. Este era el significado del manto de Yosef: que representaba el manto del liderazgo espiritual. Los hermanos debían entender que su servicio Divino sólo tendría éxito si lograban someter sus talentos a Yosef.

Esta también era la intención de Yosef al contarles sus sueños a sus hermanos (además de ir con informes negativos a Jacob). Él también comprendió que la cualidad que le fue asignada por Hashem era una cualidad primordial y esencial para la composición del pueblo judío. La naturaleza trascendente de sus cualidades especiales se reflejó en los sueños tanto de su dominio espiritual (el sol, la luna y las estrellas inclinándose ante él) como de su dominio físico (las once gavillas inclinándose ante las suyas). Sus intenciones eran puras y, aun así, su enfoque aparentemente condescendiente originó celos y odio.

¿Cuál fue la respuesta de los hermanos a la luz de la explicación anterior? El versículo nos dice que fueron a pastorear las ovejas de Jacob lejos del campamento de este. En la frase “los hermanos fueron a pastorear las ovejas” hay unos pequeños puntos que se encuentran sobre una de las palabras del rollo de la Torá. El Midrash, citado por Rashi, nos dice que el significado de estos puntos es que sus intenciones no eran tanto “pastorear las ovejas” como “pastorearse a sí mismos”. ¿Qué significa esta frase tan inusual? El Netivot Shalom explica que, debido al favoritismo mostrado a Yosef, sentían que su propio servicio individual a Hashem estaba siendo obstaculizado. Sentían que separarse era esencial para desarrollar plenamente sus cualidades únicas en su propio servicio a Hashem.