La emuná genuina

Si realmente quieres hacer algo bueno por ti mismo y por todo el mundo, adopta esta forma de pensar: ¡Hashem no te debe nada y todo lo que tienes es realmente un regalo gratuito y una bonificación!

Para eso, tenemos que rezar y pedir una “emuná verdadera y sincera”, o sea, que esto pase a formar parte de nuestra conciencia. Esto se debe a siete causas principales:

1. Esa es la verdad y nadie quiere vivir una mentira.
2. Este es el comportamiento ético que se espera de nosotros para con el Creador, Quien solamente nos beneficia. Nadie quiere ser ingrato ni descarado con el Creador, porque esas son las peores faltas que una persona pueda tener.
3. Esto es la base de la verdadera emuná. La emuná en que Hashem es bueno, que es tzadik (justo) y que es compasivo. La emuná en que todo es pura bondad.
4. Esta es la única manera que existe de alcanzar el amor a Hashem. Porque mientras uno piense que Hashem le está negando aquello que le debe, no va a poder sentir el amor de Hashem y no va a poder devolverle ese amor

1. Esta es la única manera de rezar de verdad y dar las gracias de verdad y así poder ver salvaciones y maravillas y salvarse de las cosas malas.
2. Esta es la única manera de alcanzar la verdadera humildad. La humildad empieza cuando uno se da cuenta de que nadie le debe nada y que sus propios logros espirituales son solamente una bondad del Creador.
3. Esta es la única manera de traer la Redención Final (Gueulá), ya que esta depende de la emuná, tal como enseña Rabí Natan de Breslev: “La esencia de la Redención depende de la emuná” y la Redención depende de la humildad, tal como enseña Rabí Najman: “Cuando veas que la humildad aumenta en el mundo, sabrás que está por llegar la Redención”.

Tenemos que internalizar este principio básico muy bien y por eso inicié este libro con él. El mérito de dar las gracias es la más grande bondad que existe en el mundo, incluso más que la vida misma.

Uno pensaría que es la vida, tal como está escrito: “¿Por qué habría de quejarse el hombre que está con vida? El hombre por sus pecados”. El hecho de que estás con vida ya es motivo suficiente para no tener nada de lo que quejarte. Pero ¿cuál es el propósito de la vida? El objetivo de la vida es agradecerle a Hashem.

Si uno vive y no Le agradece a Hashem, su vida no es vida. Por lo tanto, si la vida es la más grande bondad que podemos concebir, entonces el objetivo de la vida, que es la gratitud, es una bondad más grande que la vida misma. Por lo tanto, la más grande gratitud es dar las gracias por la gratitud misma, ya que este es el objetivo de la vida, el objetivo de cada cosa en la vida. Es el sentido de la vida y de la existencia.