La necesidad de proteger a la mujer – Matot

Tanto como una mujer necesita ser protegida, el hombre necesita proteger.

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Rabanit Jana Braja Seigelbaum

Posteado en 10.07.23

Parashat Matot nos enseña que si la mujer hace un voto, asumiendo un rigor particular, su padre puede anularlo y ella ya no estará obligada a cumplirlo.

 “Pero si su padre la desautoriza el día que se entere, no quedará en pie ninguno de sus votos ni ninguna de sus ataduras con que haya ligado su alma; y Hashem la perdonará, porque su padre la desautorizó” (Bamidbar, 30:6).

Cuando la mujer se casa, su marido está facultado para anular su voto en su lugar. “Todo voto, y todo juramento obligatorio para afligir el alma, puede establecerlo su marido, o ella”.

LEYES APARENTEMENTE MACHISTAS

¿Cómo se explica que el hombre pueda anular un voto hecho por su hija o esposa, mientras que la mujer no puede anular el voto hecho por su hijo o su marido? A primera vista, parece como si la Torá denigrara a la mujer al considerarla incapaz de asumir la responsabilidad de sus propias decisiones. Aunque reconocemos la fuente Divina de todas las leyes de la Torá, ¿cómo podemos, como mujeres maduras y liberadas, aceptar leyes que parecerían limitar la independencia de la mujer?

LAS LEYES ETERNAS DE LA TORÁ PREVALECEN SOBRE LAS NORMAS DE LA SOCIEDAD MODERNA

Siempre que las leyes de la Torá contradicen lo que es socialmente aceptable en el mundo occidental “libre”, el valor eterno de la Torá prevalece sobre los valores efímeros del mundo occidental. Sin embargo, hay una razón por la cual Hashem hace que ciertas perspectivas se vuelvan más populares en ciertos momentos. Cada ola de conciencia saca a la luz otro aspecto contenido en las profundidades de los manantiales de la Torá. Nuestra necesidad de afirmar la importancia de la mujer en el judaísmo se convierte en un impulso para percibir las leyes de la Torá que parecen menospreciar el papel de la mujer de un modo más profundo.

ALCANZAR EL PERDÓN DIVINO

Según la ley de la Torá, cualquier voto que se haga es vinculante y no se puede desestimar fácilmente. Por lo tanto, hoy en día es costumbre no hacer nunca ningún voto por la eventualidad de que accidentalmente llegáramos a transgredirlo. El rezo del Kol Nidrei en Yom Kipur es para anular cualquier voto que no hayamos cumplido. Sólo entonces podemos recibir el perdón por los votos incumplidos, incluso si nuestra incapacidad para cumplirlos fue involuntaria.  “…y Hashem la perdonará” (Bemidbar, 30:6), Rashi se pregunta por qué la mujer necesita el perdón, cuando su voto ya ha sido anulado. Y la respuesta es que las Torá describe el caso de una mujer que hizo voto de abstinencia y cuyo padre lo oyó y se lo anuló sin que ella siquiera lo supiera. Aunque su voto era nulo, ella pensaba que seguía en vigor. Por lo tanto, necesitaba el perdón cuando actuaba en contra del voto que había hecho. Rashi señala que al revocar el voto de la hija o esposa, esta puede merecer el perdón en caso de que lo incumpla en forma accidental. Su comentario concluye con el siguiente a fortiori: “Si aquellos cuyos votos han sido anulados requieren el perdón, ¡cuánto más cuando alguien transgrede votos que no han sido anulados!” (Rashi, Bemidbar, 30:6).

PARA PROTEGER A LA MUJER

Aunque anular el voto de la mujer la redime del castigo, en caso de que no pueda cumplirlo, esto no le impide llevar a cabo lo que ha jurado. Supongamos que una mujer se compromete a ser vegetariana. La posibilidad de anular su voto no le da a su marido el poder de obligarla a comer carne. Sólo evita que sea castigada, en caso de que accidentalmente llegue a comer carne. Además, no todos los votos pueden ser anulados por el padre o el marido. Rabí S. R. Hirsch explica que el derecho del marido a anular su voto se limita a los votos por los que la mujer se causa a sí misma penuria y dolor, o a los votos que pertenecen a su relación. Así pues, la posibilidad de anular el voto sirve de protección para la mujer. El Rabino Azriel Tauber hace la siguiente analogía: la mujer es como un diamante y el hombre, como un anillo. Un anillo sin diamante tiene muy poco valor. Un diamante, en cambio, necesita protección por el gran valor que posee.

MUJERES, SENSIBILIDAD Y SACRIFICIO

Todas las generalizaciones tienen sus excepciones. Resulta especialmente difícil, en nuestro mundo en evolución, describir prototipos de hombres y mujeres. Sin embargo, el hecho de que hombres y mujeres hayan sido creados con diferencias físicas alude a su diferente constitución emocional y espiritual; ya que todo en el mundo físico es un reflejo de la realidad espiritual que manifiesta. Mientras que, por lo general, al hombre le resulta más fácil ser distante y objetivo, el papel de la mujer como criadora de una nueva vida la hace más sensible emocionalmente, lo que le permite amar a los demás e identificarse con ellos. En su desinterés y afán de dar, puede que no siempre se dé cuenta de sus propios límites. Por lo tanto, la mujer, podría fácilmente llegar a tomar sobre sí más de lo que puede manejar. La capacidad que tiene su marido para anularle el voto sirve para evitar que su naturaleza altruista se desborde.

LOS HOMBRES NECESITAN PROTEGER

Tanto como la mujer necesita ser protegida, tanto más, el hombre necesita proteger. Es la fuerza moral de la mujer la que le permite darle a su hombre un sentimiento de importancia refugiándose bajo su escudo protector. Los hombres necesitan dar; esa es su naturaleza básica. Una de las cosas más importantes que los hombres siempre les han dado a las mujeres es protección, y en el fondo, todo hombre quiere ser el “caballero de brillante armadura” de su mujer.

En diversas circunstancias, el papel principal del hombre es tomar decisiones, mientras que el de la mujer es motivar y animar a su marido. En conjunto, ambos son igualmente responsables de las decisiones finales, del mismo modo que ambos tienen una parte igual en la formación del bebé que la mujer da a luz.

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