¡Sé feliz! Ki Tavó

La Simjá proviene de la percepción de que nos ha sobrevenido alguna bendición inesperada, como poder conectarnos con Dios - un regalo mucho más...

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Rabino Abraham Isaac Kook z"tzl

Posteado en 29.08.23

La parashá de la Torá se abre y se cierra con el mismo tema: simjá (alegría). Comienza con la mitzvá de ofrecer bikurim (primicias) en el Templo, un ejercicio para apreciar lo que Dios nos ha dado, como dice: “Te alegrarás de todo el bien que el Señor, tu Dios, te ha concedido a ti y a tu familia” (Devarim 26:11).

A continuación, la Torá describe las terribles pruebas que caerán sobre el pueblo judío si este es infiel a las enseñanzas de la Torá. Esta sección concluye con la causa fundamental de estos castigos:

“Porque no sirvieron al Eterno su Dios con alegría (simjá) y contentamiento (“tuv levav”)” (Devarim 28:47)

Dios no sólo espera que cumplamos las mitzvot, sino que debemos cumplirlas con alegría y satisfacción. ¿Cuál es la diferencia entre estas dos emociones?

Alegría y satisfacción

Simjá y “tuv leivav” son dos niveles distintos de felicidad. Curiosamente, son el resultado de dos percepciones contradictorias.

¿Cuál es el origen de tuv leivav? Es una sensación de satisfacción por sentirnos bien con nuestro servicio Divino. Rezamos, estudiamos la Torá y cumplimos las mitzvot porque sentimos que estamos haciendo aquello para lo que fuimos creados. Siendo una de las creaciones de Dios, es natural para nosotros servirlo. Estamos agradecidos por haber sido bendecidos con las capacidades intelectuales y espirituales necesarias para adorarlo a través del estudio de la Torá y las mitzvot.

La simjá, por el contrario, proviene de la percepción de que hemos sido agraciados con una bendición inesperada. Sentimos alegría al servir a Dios cuando somos conscientes del tremendo privilegio que supone poder conectarnos con Dios, un don que está muy por encima de nuestro verdadero nivel. La conciencia de este asombroso don, mientras que al mismo tiempo sentimos que nuestro servicio es apropiado y adecuado, nos permite sentir tanto simjá como tuv levav.

Cultivar la alegría

¿Cómo se consigue esta simjá al servir a Dios? El secreto para desarrollar y aumentar nuestro sentido de alegría es reflexionar sobre dos pensamientos:

* Apreciar el significado y la maravilla de cada medio -como el estudio de la Torá y las mitzvot- que nos permite conectarnos con el Amo del universo.

* Reconocer la fuente Divina de nuestra alma y su santidad inherente, aunque se haya ensuciado por el contacto con el mundo material.

Experimentamos auténtica alegría al servir a Dios cuando somos capaces de interiorizar a fondo estas dos percepciones.

Continuará

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