El poder del tzadik

Yosef, el tzadik, se esforzó por sentir el amor de Dios incluso en lo más profundo del pozo oscuro y el ocultamiento, tal como cuenta la Torá: que cuando Yosef fue vendido como esclavo, Hashem supervisó que el grupo de mercaderes que lo llevó a Egipto no fuera un grupo de mercaderes de combustible y resina (que huelen mal) sino de perfumes, para que el tzadik no tuviera que oler olores feos sino fragancias aromáticas. Esto resulta bastante difícil de entender.

Yosef acaba de pasar la época más difícil de su vida. Es un joven mimado, que vive como un rey, que estudia Torá con su padre, Yaakov Avinu, y ahora sus hermanos casi lo matan y en un instante interrumpen su vida placentera, alejándolo de toda su familia y transformándolo en un esclavo para toda la vida, en un lugar oscuro e impuro. En momentos como este, la persona “no logra ver nada” y puede sentirse destrozado anímicamente e incluso atentar contra su propia vida. ¿Acaso a Yosef le importaba el olor de los mercaderes? No.

Lo que ocurre es que Yosef le presta atención a cada cosa buena, a cada bondad que le hace Hashem, incluso estando en el lugar más oscuro y más oculto de Su Presencia. Él no da nada por sentado y sabe percibir la Supervisión Individual Divina que lo acompaña a cada paso, incluso en un episodio tan traumático como el que tuvo que pasar. Él nos enseña que incluso estando en el lugar más oscuro, allí donde uno casi pierde la esperanza, uno tiene que prestar atención a las bellas fragancias que lo acompañan en la vida y percibir los puntos buenos dentro de las dificultades, por más pequeños que sean.

En el caso de la proposición matrimonial, que es algo tan importante en la vida de la persona, uno nunca puede saber de dónde provendrá su salvación, o sea, su pareja. Gracias, Hashem, por tus fieles emisarios que piensan en nosotros y nos ayudan. No podemos decir no a ninguna proposición sin antes chequearla.

Justamente, escuché dos historias sobre este mismo tema:

Esta es la historia de una joven que supo percibir las bondades de Hashem, Su Sonrisa, en la proposición matrimonial que le hicieron. Y estas son sus palabras:

“En estos últimos meses no había recibido proposiciones y por más que traté de mover los hilos, y consultar con todo tipo de gente, no sirvió de nada. Hacía casi siete meses que no me habían presentado a nadie. Obviamente, me sentía muy mal y ya casi había perdido la esperanza. Además, estaba muy nerviosa y sentía la presión de todos, que querían verme ya casada. El hecho de ver a amigas más jóvenes ya casadas, y yo sin siquiera conocer a alguien, era para mí un suplicio.

“Las últimas dos semanas empecé a leer el libro En el jardín de la gratitud, donde el Rabino explica la importancia de dar las gracias a Hashem incluso por las cosas malas. Porque Hashem es Bueno y Benefactor y todo lo que hace con nosotros es para bien. Por eso, cuando la persona enfrenta una prueba y se siente triste, y no cree que Hashem haga esto por su propio bien, no obstante, debe fortalecer su emuná de que todo es para bien y dar las gracias incluso por aquello con lo que tiene dificultades (¡yo recomiendo de todo corazón leer este libro!).

“Este libro me enseñó lo que debía hacer y de inmediato lo puse en práctica. Empecé a darle las gracias a Hashem por las cosas buenas y las cosas malas. Y empecé a darle las gracias por no tener todavía pareja. Porque Él sabe lo que es mejor para mí y al parecer, hasta ese momento, lo mejor para mí había sido estar sola… Por eso, Le di las gracias a Hashem por la demora en encontrar pareja y así fortalecí mi emuná y de hecho ya recibí la principal salvación, que es el mérito de acercarme a Hashem y tener emuná. Gracias, Hashem, por acercarme a la emuná. Todas las gracias del mundo no alcanzan para realmente agradecerte por la emuná, o sea, la fe, en que todo es para bien…

“Desde que empecé a leer este libro, todos los nervios que tenía por casarme desaparecieron y empecé a sentirme más tranquila, gracias a Dios…

“Hoy, dos semanas más tarde, puedo decir que ya tuve cuatro proposiciones de matrimonio.

“Con uno de esos muchachos, decidí salir. No puedo saber qué ocurrirá, pero me parece que he aprendido la importancia de creer en el Creador y que todo es para bien y aceptar todo con alegría y dar las gracias. Y por supuesto que hay que hacer todo el esfuerzo necesario, pero no con nervios sino con alegría y con emuná en que Él está conmigo y Él me lleva por donde debo ir y que cuando llegue el momento indicado, Él me va a traer a mi pareja.

“Gracias por todo!”.