Por qué amo mi vida

Quién hubiera pensado que alguien tan insignificante de mi pasado habría de desencadenar una introspección tan profunda?

Tenía que suceder tarde o temprano. Estoy leyendo el periódico y una de las figuras más prominentes del gobierno estadounidense aparece en los medios. Me fijo en el nombre: ¿es él?

Busco su nombre en Google, junto con el título que le atribuyen los medios. En efecto, las imágenes del muchacho con el que fui al colegio coinciden con su nombre y el título que se le atribuye en el New York Post. Él es un consejero del Presidente Norteamericano.

Una vez que el shock pasó, sucedió lo inevitable.

Nu… y qué estoy haciendo yo con mi vida?

Yo conocía a este hombre. Nos graduamos en el mismo lugar. Tuvimos conversaciones. Hoy él está en la Casa Blanca y es el tema de conversación en los medios de comunicación. Yo no. ¿Acaso éramos tan diferentes? ¿Y yo de qué puedo hacer alarde yo?

Esto me hizo pensar mucho en las decisiones que tomé en la vida desde la última vez que vi a este hombre, hace ya más de veinte años. Y las respuestas me hicieron feliz:

Cada día me despierto en la Tierra de Israel, y hago todo lo que puedo por encargarme de mi familia, ayudar a mi país y servir a mi Padre, el Rey.

Si bien mi estudio de la Torá está limitado a antes de los rezos de la mañana, y a escuchar shiurim en mi ipod mientras viajo, es un servicio nacional. La política oficial del ejército Israelí es que los jaredim no están exentos del ejército. Se le encarga defender a la nación con su Torá y sus mitzvot. Desde David ben Gurión y Moshe Dayan, cada Primer Ministro y Jefe del Ejército han estado de acuerdo en que el cumplimiento de las mitvot, el estudio de la Torá, los actos de bondad, de caridad, etc,  todo esto constituye un acto de Seguridad Nacional.

Yo trabajo en hi-tech. La empresa para la que trabajo es un pequeño negocio pero con un producto muy grande que crece a pasos agigantados. Con el simple hecho de hacer mi trabajo, estoy encargándome de mi familia.

El precepto de asentarnos en la Tierra, que el Rambam equiparó a todos los otros preceptos de la Torá, también se aplica a permitir que la Tierra mantenga a sus habitantes. Como tantas otras empresas hi-tech, esta compañía, cuando tenga éxito, podrá dar empleo a cientos de personas, dando oportunidades y prosperidad a miles de personas en Israel, por no mencionar los impuestos que van a educación, a salud, a asistir a los pobres y al ejército.

Yo juego un rol en la expansión de la capacidad nacional de defenderse. Nuestros hijos son israelíes y por lo tanto somos una familia israelí. Pasamos los viernes paseando por el país. Tenemos la bendición de conocer las flores, los ´rboles, los pájaros, los lagos, los frutos y la historia de la Tierra de Israel desde cada cosatado. Cuando estudiamos la Tierra de Israel, estamos estudianod la historia de nuestras almas.

Miro a la gente de mi edad y veo un montón de éxito que, según cualquier parámetro, puede entenderse como algo mayor al mío. Hasta se puede decir que algunas de  las personas de mi edad han hecho más en estos últimso seis meses de sus vidas de lo que yo puedo llegar a hacer con todos los años que me dé Hashem.

Es todo pura ilusión.

Las grandes cosas de la vida no son solamente lo que logramos con nuestro nombre sino las misiones eternas en las que jugamos un rol para un bien mayor del que queremos formar parte.