Sé bueno con los demás

Es algo demostrado que mientras uno trate de no lastimar a los demás, no le acaecerá nada malo, aunque esa persona no sea muy cuidadosa en los preceptos entre ella y Hashem. Pero si se cuida en la observancia de los preceptos entre el hombre y Hashem además de cumplir estrictamente con los preceptos entre el hombre y su prójimo, entonces va a complacer tanto a Hashem como a su prójimo. De esa manera, se conecta tanto con la verdad como con la emuná. Esa persona también se da cuenta de que la bondad que tiene adentro es un regalo de Hashem y vive una vida realmente buena.

Pero si a la persona le falta emuná, entonces aunque su relación con su prójimo sea satisfactoria, no va a vivir según la verdad. Es verdad que no van a mandarlo a la cárcel, pero tampoco encontrará la paz interior y el deleite espiritual que nos prodiga la emuná. Sea como fuere, la persona que no se lleva bien con los demás está en la peor situación, porque está en un confinamiento autoinducido. Y eso se debe a que está transgrediendo los preceptos entre él y su prójimo.

La regla general es que si eres bueno con los demás, la vida es buena contigo. La persona que actúa con integridad en su relación con los demás vive una vida buena incluso sin estar consciente de eso. Dondequiera que vaya, la gente lo quiere, tiene confianza en él y lo bendice. Cada persona puede alcanzar este nivel si se lo pide a Hashem, porque la plegaria es capaz de transformar un cuadrado en un triángulo e invierte las reglas de la naturaleza.

Vemos que la persona que es buena con los demás vive contenta. Fíjense en la sociedad y van a ver que la gente amable a la que le gusta ayudar a los demás, darles aliento y ayudarlos en lo que pueda siempre es gente que vive contenta. Por el contrario, aquellos que tienen mal carácter, que siempre se están quejando y guardan rencor tienen muchos problemas para vivir contentos. La gente se siente sofocada en su presencia. No es cómodo estar junto a personas como esas.

Además, la persona de mal carácter es la primera que sufre por esa causa. El defecto de una persona es su peor enemigo. Si tienes un problema con el tema del enojo, eres el primero en sufrir. Lo mismo con la envidia, el mal de ojo, la avaricia…

Está todo en tus manos, en el poder de tus plegarias, porque tus “manos” son tus “plegarias”, o sea, la capacidad de cambiar las cosas. Es por ese motivo que uno debe estudiar a diario acerca del rasgo de carácter que desea mejorar y la forma de mejorarlo. Debe rezar por ayuda Divina para mejorar ese rasgo en particular que está tratando de mejorar. De esa manera va a poder convertir una vida de sufrimiento en una vida de plenitud y felicidad y logrará soportar y superar las situaciones difíciles y amargas de la vida.

Al mejorar el carácter, todo mejora en la vida. Por eso, dedica algunos minutos de plegaria cada día a ese rasgo de carácter en particular que quieres mejorar y muy pronto verás resultados. Este es un método demostrado. Unos cuantos minutos de conversación a diario con el Creador, con tus propias palabras, puede traer grandes resultados y cambiar la realidad completamente.